Yoga y Autoestima

Mucho se habla de los beneficios del yoga en relación con la autoestima. Sin embargo, poco se ha explicado sobre cómo es el proceso.

Si entendemos la autoestima como la comprensión que tenemos de nosotras como seres merecedoras y valiosas, independientemente de lo que los demás opinen de nosotras, y sintiéndonos bien con nosotras mismas, sacamos la conclusión de que una autoestima fuerte es el estado ideal. Cuando nos amamos a nosotras mismas, nada malo nos puede suceder, simplemente porque la visión que tenemos de la situación es la de aprendizaje.

Y es aquí donde el Yoga puede intervenir para ayudarnos a mejorar nuestra autoestima.

Debemos tener en cuenta que nuestra autoestima se cultiva en la infancia, que es cuando de programa nuestra mente. Esa programación viene dada por las creencias y educación que recibimos, así como de nuestras propias experiencias. Todo ello nos puede llevar a perder confianza en nosotras mismas.

Este sistema de pensamientos queda encerrado en nuestro subconsciente, cuanto más profundo es y menos consciente somos de ello, más va a afectar a la visión que tenemos de nosotras, haciéndonos sentir poco valiosas o no merecedoras de amor, de éxito, de bienestar. Todo ello determina cómo nos movemos por la vida, las relaciones que tenemos, si buscamos complacer constantemente, nuestra (in)capacidad de poner límites, etc.

Ante determinadas situaciones que actúan como “gatillo”, esas inseguridades salen a la luz, ya que despiertan las heridas de la infancia, generando un gran dolor y sufrimiento. Y digo sufrimiento porque, aunque éste es opcional, al no entender de dónde viene esa baja autoestima y el dolor que nos causa, no somos capaces de gestionar nuestras emociones.

Y es aquí donde interviene el Yoga.

El Yoga es una práctica de consciencia que nos permite reprogramar nuestra mente a través de la meditación, las asanas y los sankalpas (afirmaciones positivas).

La meditación nos permite adentrarnos en nuestra mente, acallando pensamientos negativos, calmando el estrés, eliminando la ansiedad. A través de la meditación aprendemos a controlar los pensamientos y las emociones, evitando así que ellos nos controlen a nosotras. Nos da una visión más profunda de nosotras mismas y cuanto más nos entendemos, mejor comprendemos cómo nos relacionamos en el mundo, cómo reaccionamos ante lo que nos rodea. Además, la atención que nos aporta nos lleva a tener control de nuestra vida. Cuando te sientes en control, te sientes más segura. Y esa sensación viene de tu interior.

Por otra parte, la práctica de asanas nos ayuda a conectar con nuestro cuerpo, escucharlo y aceptarlo. También nos ayuda a modificar la visión que tenemos de nosotras mismas. Si estamos acostmbradas a “fracasar” en deportes o actividades físicas, el yoga nos permite aceptar nuestro ritmo, respetarlo, sin que el ego nos esté enviando mensajes de fracaso.

Y si acompañamos las prácticas de meditación y asanas con la repetición de afirmaciones positivas, el efecto de reprogramación será más profundo. Solo tienes que buscar la afirmación que más conecte contigo, con aquello que necesites reforzar.

En la filosofía Vedanta, escuela de filosfoía hinduista, se habla de viveka (discernir), como la capacidad para saber lo que realmente quiero, el cual es uno de los aspectos importantes en la formación de la autoestima.

No podemos olvidar el bienestar que nos aporta la realización de una actividad que nos agrada. Es un momento de compartir con otras personas afines a ti, con un objetivo común, en un espacio seguro y de apoyo para que avances en tu camino. Todo esto aumenta de forma significativa nuestra autoestima.

El yoga nos recuerda que esa capacidad de estar bien no viene de fuera, ni de la persona que nos enseña las asanas. La capacidad de sentirnos a gusto viene de nuestro interior; sin ella, no podríamos estar a gusto en ninguna situación. El yoga alimenta esa capacidad, ayudándonos a deshacernos del apego, de la necesidad que nos genera el malestar. Si yo no estoy bien conmigo misma, voy a buscar estar siempre con otras personas. No es porque lo disfrute, es porque el sufrimiento me lleva a ello. El apego y el sufrimiento van de la mano. El yoga nos ayuda a no depender de factores externos para sentirnos bien. Nos guía para confiar en nuestro interior y depender únicamente de nosotras. Y eso lo hace a través del amor propio. Un amor puro, real. Ese amor nos aporta seguridad y confianza, bienestar. El yoga nos enseña que la relación más importante es con una misma.

Prueba mis clases de yoga, talleres y sesiones individualizadas para trabajar la autoestima.

Para finalizar te dejo una breve lista de asanas para la autoestima:

– Todas las variantes del Guerrero: la posición sobre las piernas con el tronco erguido nos aportan seguridad.

– El Barco: nos da fuerza y determinación.

– La Montaña: Tadasana nos aporta firmeza y evita que tambaleemos ante situaciones que nos puedan desconcertar o desequilibrar.

– Invertida sobre la cabeza: nos ayuda a mantener equilibrio, seguridad y confianza en su realización.

Deja una respuesta