YOGA Y CIÁTICA

Mi experiencia con la ciática empezó en el año 2001, con 27 años. Para mí fue una tragedia ya que de un día para otro me vi limitada por un dolor que no sabía lo que era ni lo que me lo estaba causando. En esa época vivía en Dublín y fui a varios fisios. Les pregunté si podía nadar ya que tenía entendido que era muy bueno para la espalda. Me dijeron que no, que era un ejercicio demasiado fuerte, que paseara, que fuera a las sesiones con ellos… Pero nada. Fui al médico, me recomendó reposo absoluto (ahora pienso ¿¿¿Cómo???) y después de dos semanas en cama sin moverme y sin que eso mejorara me dijo que me tenían que operar. ¡Y menos mal! Porque me derivó al hospital donde la fisioterapeuta alucinó con la forma en la que habían tratado mi ciática y me dijo que me pusiera a nadar. ¿Perdón? ¿En serio? Después de pasar una semana nadando todos los días yo ya no tenía dolor. Y por supuesto seguí nadando e incorporé el yoga a mi estilo de vida.

Para los que no lo sabéis, la ciática se refiere al dolor que recorre el trayecto del nervio ciático que va desde la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y los glúteos, bajando por cada pierna y llega hasta los pies. Se caracteriza por inflamación, dolor y, con frecuencia, algo de entumecimiento en la pierna afectada. Aunque el dolor asociado a la ciática puede ser intenso, la mayoría de los casos desaparecen con el tratamiento en pocas semanas. Las personas que presentan una ciática grave y debilidad significativa en las piernas o cambios en el intestino o la vejiga podrían necesitar cirugía.

Qué causa la ciática:

  • Traumatismos directos: caídas, accidentes…
  • Traumatismos indirectos, movimientos corporales bruscos o inapropiados o carga de pesos excesivos.
  • Traumatismos menores en espaldas con algún tipo de anomalía (hiperlordosis, escoliosis, etc).
  • Mala higiene postural, que favorece las microlesiones discales y su deshidratación, que posteriormente ante un movimiento banal da lugar a la lesión discal con el compromiso del nervio ciático.
  • Sedentarismo, es importante el efecto hídrico que ejerce el ejercicio físico sobre los discos, facilitando su hidratación y metabolismo.
  • La edad, es un claro factor que no se puede modificar, pero se puede minimizar con un cuidado de la espalda. La espondilodiscartrosis lumbar son frecuentes en personas mayores de 80 años, siendo capaces por sí solas, producir la ciática.
  • La artrosis puede reducir los espacios entre vértebras comprometiendo a los nervios raquídeos.

Síntomas

El dolor de ciática puede aparecer en casi cualquier punto de la vía nerviosa. Es muy probable que siga un recorrido desde la región lumbar hasta los glúteos y la parte posterior de los muslos y las pantorrillas. El dolor puede variar, desde leve hasta un dolor agudo. A veces, se puede sentir como una sacudida o una descarga eléctrica. Puede empeorar al toser o estornudar o al estar sentado por mucho tiempo. Normalmente, la ciática afecta a un solo lado del cuerpo. Algunas personas también presentan entumecimiento, hormigueo o debilidad muscular en la pierna o el pie. Una parte de la pierna puede doler, mientras que otra puede estar entumecida.

Tratamiento

Lógicamente, ante cualquier malestar o dolencia debemos acudir al médico para que nos diagnostique y nos dé el mejor tratamiento para nuestro caso en particular. Afortunadamente, hoy en día existen diferentes formas de aliviar la ciática:

  • natación
  • yoga
  • estiramientos suaves
  • paseos moderados
  • una vez que ha desaparecido el dolor y el médico dé su visto bueno, entrenamiento de fuerza
  • correcta hidratación a través de bebidas (agua, infusiones)
  • consumo de minerales: zinc, manganeso, selenio y vitamina E. Su carencia afecta al tejido de los huesos, ligamentos, cartílagos… pudiendo producir ciática en casos degenerativos.

La ciática leve, si se sigue el tratamiento de forma continuada, suele desaparecer en una semana o dos. Si los síntomas persisten o van a más detén lo que te hayan recomendado y ve al especialista. En los siguientes casos debes ir siempre y de forma inmediata a un profesional de la salud:

  • Si sientes dolor repentino e intenso en la parte inferior de la espalda o la pierna y entumecimiento o debilidad muscular en una pierna.
  • Si sientes dolor luego de una lesión violenta, como un accidente de tráfico.
  • Tienes problemas para controlar los intestinos o la vejiga.

Qué evitar cuando tenemos ciática

  • movimientos bruscos
  • ejercicios de impacto
  • deporte intenso
  • cargas pesadas
  • sedentarismo

El yoga y la ciática

El yoga es una práctica excelente para tratar y evitar la ciática. Ayuda a tonificar la musculatura y a estirar, de tal manera que el nervio ciático queda liberado. Hay asanas específicamente recomendadas para la ciática, teniendo en cuenta sus causas. Te recomiendo que realices tu práctica con un profesional que te guíe en la correcta ejecución de la postura y que te lleve progresivamente desde posturas suaves hasta asanas básicas, como las posturas de pie y la postura del perro hacia abajo, que alinearán, estirarán y fortalecerán tu zona lumbar.

Debes realizar cualquier asana de manera suave y progresiva, evitando un esfuerzo en exceso que pueda empeorar la lesión. No por forzar, la mejoría va a ser más rápida.

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